Descubre Menorca

Érase una vez, una isla encantada y encantadora, mágica, llena de imaginación y ensueño. Espejismo del tiempo. Una isla perdida en el Mediterráneo. En ella habitaron civilizaciones primitivas ya desaparecidas, pueblos que amaban la piedra y que han dejado su legado tras el paso de milenios que, junto con el azote de los vientos míticos, otras culturas han ido esculpiendo con sus legados, conocimientos, saqueos, intercambios, dominaciones... Todos los que esta tierra han hollado han dejado su huella indeleble, su riqueza, su cultura o incluso su temor en el imaginario colectivo. Todos ellos han conformado lo que hoy es esta isla bella y paradisíaca, de costas cinceladas por el viento y el mar, únicos y verdaderos protagonistas atemporales de este lugar, llamado Menorca. El primer sol de España acaricia con sus rosados dedos las primeras casas encaladas de la costa. A medida que el día se despereza, los colores dorados casi imposibles de describir por su belleza descubren otros tonos verde intenso, turquesa, ocres, rojizos, que actúan como un arcoíris sobre este pedazo de roca casi a la deriva en medio del mar; de ese mar de aguas transparentes, limpias y cálidas. Un lugar sosegado, donde el tiempo ha encallado para adaptarse a la medida del hombre, donde se sabe bien vivir, bien comer y donde el buen hacer es omnipresente. Los atardeceres se convierten en crepúsculos intensos donde la naturaleza, exaltada bajo el sol crepitante del día, se tornará bucólica y llena de paz. El paisaje se nos revelará en todo su equilibrio y esplendor mágico. No por casualidad esta isla es reserva de biosfera desde hace ya décadas. El visitante y viajero quedará prendado de su color natural y de su calor humano, de su simplicidad y honradez. Del contraste de tonos azules y verdes y de ese blanco inmaculado de sus construcciones que ya dejó cegados de admiración a otros viajeros de antaño. Los pueblos que la salpican no harán más que dar sentido a una combinación casi perfecta de tradición y modernidad. Esta isla posee casi todos los elementos para ser un cuento de hadas. Solo le faltas tú. Sé protagonista de esta leyenda. Empápate de Menorca.